domingo, 30 de octubre de 2011

RECETA PARA UN BUEN GERMINADO

Por: Miguel Ángel Jiménez García.

E
n libertad los pájaros granívoros se nutren principalmente de semillas tiernas que encuentran en tallos de plantas y arbustos de cada época del año. Esto sucede principalmente en la estación primaveral, que es cuando más abunda el alimento y la mayoría de los fringílidos se reproducen en nuestra geografía.

Los criadores no disponemos de esas semillas tan tiernas, ya que la gran mayoría de los granos que suministran las casas comerciales están desecadas. La prueba de ello es que si ponemos a germinar un puñado de semillas de cualquier mezcla para canarios o fauna, casi ninguna de estas comienza el proceso de la germinación. Para suplir esta carencia en la alimentación de nuestras aves existen en el mercado granos que si que se pueden germinar.

Y ¿Qué es el germinado? Pues no es otra cosa que el proceso por el cual una semilla comienza su desarrollo hasta convertirse en una nueva planta.
Las semillas germinadas contienen un alto valor nutricional, ya que sus propiedades se multiplican, llegando a concentrar entorno a un 40% de proteínas que son básicas para un correcto desarrollo de la cría. Además se hacen mucho más digestibles que las secas y si se realiza de forma aséptica y con una metodología concienzuda no debe dar ningún problema de hongos ni bacterias.

No queremos entrar en detallar las propiedades y beneficios de las semillas germinadas, dado que es un tema muy trillado y sus aplicaciones como complemento de la cría están ampliamente demostradas. Tampoco queremos cansar al lector con porcentajes y tablas de componentes. La principal misión de este escrito no es otra que dar una buena receta fácil y práctica de cómo preparar semillas germinadas.

El proceso del germinado se compone de tres etapas principalmente: la hidratación o remojo, la germinación y el crecimiento.

El primer paso es poner a remojo las simientes. Éstas deben adquirirse en un establecimiento de confianza, tener una marca seria y ser de la mayor calidad posible. Dejaremos a remojo las semillas en un recipiente con abundante agua limpia, a la cual añadiremos unas gotas de alguna sustancia desinfectante, como por ejemplo la lejía común (Hipoclorito de sodio), el Morld Curb® (combinación de ácidos) o el Betadine® (Povidona iodada).

Es recomendable no dejar las semillas más de 20 horas sumergidas, y nunca más de 30, pues se ahogarían y perderían la capacidad de germinar. En verano con 12 horas a remojo es suficiente. La temperatura debe estar entre 20-24ºC. Una buena opción es renovar el agua periódicamente, aunque no es imprescindible.  

 Terminada la primera fase pasaremos a la etapa de germinación y crecimiento embrionario. Colocaremos en un colador o cedazo de grandes dimensiones los granos hidratados y lo someteremos a un enérgico lavado con agua limpia bajo una buena presión del grifo. Después lo situaremos en un lugar opaco y que conserve la humedad. Un recipiente de plástico con un paño de tela por encima puede cumplir perfectamente las condiciones necesarias para que se lleve a buen puerto este proceso. En este paso es fundamental el lavado constante del germinado cada 5-6 horas. Es muy importante que el escurridor este inclinado para que el agua se deslice bien y cambiar de posición cada vez que se enjuague con agua limpia.


Pasadas 18-24 horas, según la temperatura ambiente, si hemos realizado correctamente todas las pautas anteriores, ya habrán comenzado a asomar las retículas de las semillas. Los azúcares se habrán trasformado en lípidos, las proteínas en aminoácidos y los hidratos de carbono en moléculas más simples, amén de aumentar exponencialmente la concentración de vitaminas y  minerales. Todos estos mecanismos metabólicos facilitan la digestión y absorción por parte de nuestros amigos emplumados.

Justo antes de repartir el geminado por nuestro aviario, podemos rociar un chorro de vinagre de manzana sobre las semillas limpias y lo más secas posibles. Este gesto acidifica el ph del preparado y dificulta la proliferación de organismos patógenos en el medio. Una vez se halla posado el vinagre será este el momento de la administración.

No se debe preparar germinado para varios días, y si sobra se debe guardar en el frigorífico. Lo importante es tener una constancia y circulación de recipientes, pues es un proceso que dura tres días en invierno y primavera, y solo dos días en verano debido al incremento del calor. Es por este motivo que se aconseja tener como mínimo tres coladores o cedazos para limpiar y desinfectar el sucio mientras se está usando el limpio.

Es importante que las bizcocheras estén limpias y secas a diario, sin llenarlas a rebosar de comida, y retirarlas después de un tiempo prudencial (5-7 horas) para renovar el alimento, ya que de este modo evitaremos que nuestros “inquilinos” ingieran sus heces transmitiéndose enfermedades de unos a otros.

Ya sea solo o rebozado con pasta, el germinado constituye un alimento idóneo para nuestras aves, más aún en época reproductiva, ellas nos harán disfrutar devorándolo con ferocidad y realizando continuos viajes del nido a la bizcochera con embuchamientos frecuentes.  

Fases de la germinación: 

Hidrtación o remojo 
 Germinación y crecimiento 
Semillas listas para servir

1 comentario:

  1. GRACIAS¡¡¡¡¡¡¡ Hermano buen aporte. Hasta ahora veo una receta fácil y sin tanto enredo

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